Esto no es un POEMA
Ibarra 12 de septiembre de 2017
Han pasado tres años y seis meses desde que te conocí en la locura de aquel bar. Seguramente, como lo hemos hablado, nuestras miradas se cruzaron mucho antes. Me agrada recordar tu manera tan arisca de desearme, yo te gustaba, pero no te importaba en realidad el tenerme o no y eso fue lo que me llevó directo hacia a ti, a perderme en esa sonrisa coqueta con tu cicatriz en la mejilla derecha. Y tus ojos verdes, uno ligeramente más pequeño que el otro. Me perdí en ti y jamás logré encontrar el camino de regreso.
Solo me bastaron unos cuantos días para darme cuenta que, mientras más te conocía, más quería estar a tu lado. Me fue imposible dejarte y menos después de que la magia sucediera, entraste en mi como si mi cuerpo hubiera estado pidiendo a gritos tenerte, me desnudaste el alma la noche que el universo conspiró para que amaneciéramos juntos, en el asiento trasero de tu carro, me abrazabas y tu cuerpo cubría mi espalda. En el frío de Quito, la noche se tornó cálida, larga y corta, fue una gran noche que se convirtió en días, meses, años y ahora en mi vida.
Locura tras locura, momentos buenos y malos, risas y risas estúpidas, llantos y llantos estúpidos, dramas innecesarios. Tu mano enlazando la mía, día a día. Así construimos nuestro amor, a veces los problemas parecen ser más grandes, pero encontramos la manera de resolverlos, en ocasiones no entiendo cómo lo hacemos pero lo logramos.
ET.
Comentarios
Publicar un comentario